Ya se aprobó la reforma laboral del Partido Popular. Ya se aprobó la reforma laboral que le gusta a la Sra. Merkel. Ya se aprobó la reforma laboral con la que soñaban los empresarios más liberales de la CEOE. Ya se aprobó la reforma laboral que temían los sindicatos. Ya se aprobó la reforma laboral que acaba con el principio tuitivo del Derecho laboral.
Desde su aprobación se han ido desgranando en todos los medios de comunicación las perlas que recoge el Real Decreto Ley 3/2012 de 10 de febrero, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral que es así como se define en el BOE del 11 de febrero.
Este Real Decreto dibuja un nuevo panorama jurídico-laboral que reduce sustancialmente la protección que los trabajadores disfrutaban hasta ahora.
Son prolijos y de calado jurídico los cambios que se producen tras esta "reforma" laboral: abaratamiento del despido, recorte del ámbito de negociación colectiva, facilita las causas de despido, la Autoridad laboral deja de intervenir en los casos de Expedientes de regulación de empleo, etc.
Yo voy a destacar uno: La extensión del período de prueba a un año en los nuevos contratos indefinidos recogido en el Capítulo II artículo 4 apartado 3 del Real Decreto Ley. Esta extensión a doce meses va a conseguir que los trabajadores contratados bajo esta modalidad tendrán su futuro en manos del empleador. Si un trabajador es despedido durante el período de prueba ni tiene derecho a ningún tipo de indemnización ni a ninguna acción legal para defender sus derechos. Es decir, convertirá a los trabajadores en pseudo-esclavos del empresario durante ese período de prueba que se convierte, así, en una espada de Damocles sobre los trabajadores. ¿Quién se opondrá al capricho del empleador?.
Si la salud de los trabajadores ya se ve afectada por la lacra del desempleo esta reforma incidirá aún más en la maltrecha salud laboral: estrés, depresiones, burning, mobbing, ..., está en juego la propia dignidad del trabajador.
A partir de ahora, en todos los contratos de trabajo debería de aparecer, como en los paquetes de tabaco, una leyenda que ponga: "La reforma laboral perjudica seriamente la salud del trabajador"
El gobierno ha hablado ya. Ahora toca responder a los trabajadores y a sus representantes.
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