viernes, 2 de diciembre de 2011

Cesantes

En el interrogatorio que le hacen a Max Estrella, Luces de Bohemia, tras su detención un funcionario le pregunta por su profesión a lo que él contesta: - Cesante. El funcionario le impela: - ¿Cesante de qué?  A lo que él contesta: - Cesante de hombre libre.
Hoy nos hemos levantado con 59.536 cesantes, más, de hombres y mujeres libres que suman ya 4.420.462 de personas desempleadas en nuestro país. El desempleo femenino supera al masculino. Y   Andalucía es la tercera Comunidad autónoma donde más sube el desempleo con 8.315 personas.


Nuestra sociedad está enferma, no está sana. Para la  OMS (Organización Mundial de la Salud) el concepto de Salud se define como "estado completo de bienestar físico, mental y social; y no solamente la ausencia de enfermedad" En el caracter social del concepto salud es donde me sitúo para decir que estamos enfermos. A esos más de cuatro millones de personas, porque de esto estamos hablando, se les añade otro dato desgarrador que no es otro que la falta de cobertura por desempleo llegando este mes a cotas no conocidas con anterioridad. Y como no hay dos sin tres, también bajan los afiliados/as a la Seguridad social.
El empleo es la única y mejor medicina para que nuestra sociedad esté sana según la OMS. El principio activo de esta medicina se llama Empresario y aquí radica el principal problema. Son los empresarios los que contratan y son ellos los que, también, despiden tanto en España como en Alemania. Pero aquí despiden y allí contratan a pesar que tenemos una legislación laboral en la que se prioriza la precariedad laboral. Más flexibilización laboral nos llevaría a realidades dieciochescas. Tenemos a reconocidos empresarios que aparecen en la lista Forbes de los más acaudalados del mundo que ponen sus sociedades a pagar impuestos en otros países porque les garantiza mejores condiciones fiscales. Hemos tenido a Presidentes de patronales que no se avergüenzan de llevar a la quiebra a sus empresas.
En conclusión, vivimos en una sociedad enferma. Más de cuatro millones de almas lo confirman. Y mucho me temo que la terapia de choque que se aproxima irremediablemente va a acrecentar los síntomas de la enfermedad.
Más de cuatro millones de cesantes de hombres y mujeres libres que pueden quedarse sin asistencia sanitaria o tendrán que pagarla, que verán deteriorarse o encarecerse la educación de sus hijos, que tendrán grandes dificultades para poder subsistir con las pensiones de jubilación si tienen suerte de conseguir los requisitos para poder cobrarlas.
¿Qué se nos oculta? ¿Estamos preparados para saber la respuesta? En esto, como en el amor y en la guerra, lo mejor es decir y no ocultar la verdad por dura y dolorosa que ésta sea.

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